Preguntas Frecuentes
El tan siquiera pensarlo en nuestra propia muerte, suena frío, pero es necesario recordar que es una realidad común e inevitable.
A diferencia de otros seguros que se protegen directamente a quien los contrata, los seguros de vida son importantes porque benefician al ser más querido y de confianza del asegurado, dicho esto, en vida el asegurado manifiesta la póliza de seguro con beneficio para un nombre en particular.
Existen 3 tipos de seguros de vida:
1.- La clásica, que beneficia a una persona en particular al momento de fallecer el asegurado.
2.- Seguro de Vida conjunta, que lo pueden pactar en unión dos personas como máximo, al fallecer uno de los dos, en este caso, el segundo recibirá la cantidad establecida por el Seguro de Vida
3.- Seguro de Vida de deuda residual, es muy usado cuando es el asegurado quien fallece y es quien, además, en vida deudas sostuvo deudas que deben ser pagadas. Por lo que, esta póliza protege a su familia en caso de que ellos no puedan cubrir dichas deudas.
Es irrelevante, el asegurado puede hacer uso de esta gracia incluso 24 horas después de firmar su acuerdo.
Seguro de vida
El coste depende de factores como el estado de salud del asegurado, si es fumador o no, y su tipo de trabajo. Por ejemplo, un seguro a 30 años puede tener un coste estimado de 10 € al mes.
Diferencia entre seguro de vida a riesgo y seguro de vida a capital:
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El seguro de vida a riesgo paga una cantidad acordada a los beneficiarios en caso de fallecimiento del asegurado durante el periodo de cobertura.
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En cambio, el seguro de vida a capital combina ahorro y protección: el dinero que aportas se acumula y, si no ocurre nada en el plazo acordado (por ejemplo, 30 años), te devuelven el capital ahorrado.
Ejemplo de cálculo: Para un trabajador electrotécnico en 2003, podría contratar un seguro de vida a capital con una cobertura de 100.000 € durante 30 años.
La vida es impredecible, pero puedes asegurar el futuro de tus seres queridos con un seguro de vida. Este seguro proporciona una suma asegurada a tus beneficiarios en caso de fallecimiento, ayudándoles a mantener su estabilidad económica. Además, puedes optar por coberturas adicionales que incluyen invalidez permanente o enfermedades graves, brindando una protección más completa.
